Datos históricos

Es uno de los baluartes que conforman el recinto de Getsemaní, construido por Francisco de Murga, en la primera mitad del siglo XVII. En 1716 estaba sin terraplenar y la cortina inmediata hacia el Reducto o baluarte de San Lorenzo estaba desplomada y en ruinas.

En 1730, Juan de Herrera y Sotomayor lo recubre y lo convierte en un baluarte lleno, Lorenzo de Solís en 1753, expide un documento que decía “el baluarte se encuentra inservible; proyecta un medio fácil y accesible para ponerlo de corriente y permanente servicio sin desmontar el terraplén, sin demoler parapetos ni banquetas”, estas recomendaciones las llevó a la práctica Antonio de Arévalo entre 1770 a 1776, reforzándolo con pilotes de 10 a 11 varas y colocando un terraplén para apartar el mar del pie de la muralla. En 1744, el baluarte estaba arruinado, por lo que Mac-Evan lo recalzó en el cimiento y cierra las grietas de su muralla con cadena de cantería.

Artillería: 12 cañones.

Uso Actual: Espacio Público.